jueves, enero 25, 2007

"(...) Sometidos como estamos a la fascinación de potentes ilusiones ópticas, nos hemos habituado a ver en el ser humano un simple grano de arena, si se lo compara con sus máquinas y con sus aparatos. Ahora bien, los aparatos son, y no dejarán de ser, decorados de teatro colocados por la imaginación inferior.

El ser humano es quien ha fabricado tales decorados y él es quien puede desmontarlos o bien darles un sentido nuevo. Es posible hacer saltar las cadenas de la técnica; y quien puede hacerlo es la persona singular -libre-(...)"

Ernst Jünger, 'La emboscadura'